Les
dio dos lagos de cristal, dos océanos de esmeralda, creó gente simpática,
amigable y laboriosa. Artesanos experimentados, y por supuesto una pléyade de
poetas, artistas, volcanes y emprendedores que están desarrollando un país para
vivir cada día mejor, invirtiendo en paz y en armonía con todos. Por eso es que
invertir en Nicaragua es invertir en el paraíso encontrado.
Cortesía
de lolomorales.com